¿Qué es la adicción y los trastornos por consumo de sustancias?
La adicción es la forma más grave de trastorno por consumo de sustancias (TCS) y se define como un trastorno crónico y recurrente caracterizado por la búsqueda y el uso compulsivo de drogas a pesar de las consecuencias adversas. Se considera un trastorno cerebral porque implica cambios funcionales en los circuitos cerebrales involucrados en la recompensa, el estrés y el autocontrol. Esos cambios pueden durar mucho tiempo después de que una persona haya dejado de consumir drogas.
La adicción y el TCS se parecen mucho a otras enfermedades, como las enfermedades cardiacas. Ambos alteran el funcionamiento normal y saludable de un órgano del cuerpo, ambos tienen efectos nocivos graves y, en muchos casos, ambos se pueden prevenir y tratar. Si no se tratan, pueden durar toda la vida y provocar la muerte.
Las personas que luchan contra la adicción y el TCS también pueden tener otros trastornos de salud mental, y las personas con trastornos de salud mental también pueden estar luchando contra el consumo de sustancias. Algunos de los trastornos de salud mental son los Trastornos de ansiedad, la depresión, el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno bipolar , los trastornos de personalidad y la esquizofrenia. Para obtener más información, consulte el Informe de investigación sobre comorbilidades comunes con trastornos por consumo de sustancias del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés).
Tipos de adicción y trastornos por consumo de sustancias
Los tipos de adicción y trastornos por consumo de sustancias (TCS) se dividen en dos categorías: las adicciones a sustancias y las adicciones sin sustancias, también conocidas como adicciones conductuales.
Las personas que luchan contra la adicción a las sustancias, o TCS, dependen de drogas potencialmente adictivas, como medicamentos recetados o drogas que no son de uso médicos. Cada una de estas sustancias se enfoca y activa el centro de placer del cerebro, también conocido como "centro de recompensa". Las sustancias que causan adicción son, al menos, una de las siguientes:
- Cannabis (marihuana)
- Nicotina y productos relacionados con el tabaco (p. ej., cigarrillos, cigarrillos electrónicos y vapeadores)
- Alucinógenos (p. ej., LSD y PCP)
- Inhalantes (p. ej., gases, nitratos, diluyentes de pintura, aerosoles)
- Alcohol
- Hipnóticos, ansiolíticos (medicamentos contra la ansiedad) y sedantes (p. ej., barbitúricos, benzodiazepinas, pastillas para dormir)
- Opioides: con y sin receta médica (p. ej., oxicodona, heroína y codeína)
- Estimulantes: con y sin receta médica (p. ej., metanfetamina, cocaína y Adderall)
Al igual que las adicciones a sustancias, las adicciones conductuales también se enfocan y activan el sistema de recompensa del cerebro. Quienes padecen adicciones conductuales muestran conductas compulsivas que escapan a su control (por ejemplo, trastornos de la conducta alimentaria o TCA, y trastorno obsesivo compulsivo o TOC). La investigaciones demuestran que cualquier actividad o hábito que no se pueda controlar, que consuma toda la energía, que afecte negativamente a la vida diaria y a la felicidad se considera una adicción conductual. Las conductas potencialmente adictivas son:
- Uso de Internet (en la computadora o en dispositivos portátiles como teléfonos y tabletas)
- Videojuegos
- Actividad sexual
- Juego y apuestas
- Comida y conductas alimentarias
- Ejercicio
- Compras
- Comportamientos de riesgo, como robar en tiendas.
Causas de la adicción y los trastornos por consumo de sustancias
Al igual que ocurre con otras enfermedades y trastornos, la probabilidad de desarrollar una adicción difiere de una persona a otra, y ningún factor determina por sí solo si una persona será adicta a las drogas. En general, cuantos más factores de riesgo tenga una persona, mayor será la probabilidad de que consumir drogas conduzca a su uso y adicción. Por otro lado, los factores de protección reducen esos riesgos. Los factores de riesgo y de protección son ambientales o biológicos.
Muchas personas no entienden por qué o cómo otras personas se vuelven adictas a las drogas. Pueden pensar equivocadamente que quienes consumen drogas carecen de principios morales o de fuerza de voluntad, y que podrían dejar de consumirlas simplemente eligiendo hacerlo. En realidad, la adicción a las drogas es una enfermedad compleja y para dejar de consumirlas, generalmente no basta con tener buenas intenciones o una voluntad fuerte. Las drogas modifican el cerebro de tal forma que dejar de consumirlas resulta difícil, incluso para quienes lo desean. Afortunadamente, los investigadores saben más que nunca sobre cómo las drogas afectan al cerebro y han encontrado tratamientos que ayudan a las personas a recuperarse de la adicción y a llevar una vida productiva.
La mayoría de las drogas afectan el "circuito de recompensa" del cerebro, provocando euforia y llenándolo de dopamina, el mensajero químico (neurotransmisor). Un sistema de recompensa que funcione correctamente motiva a la persona a repetir comportamientos necesarios para prosperar, como comer y pasar tiempo con sus seres queridos. Los aumentos repentinos de dopamina en el circuito de recompensa provocan el refuerzo de comportamientos placenteros, pero poco saludables como el consumo de drogas, lo que lleva a las personas a repetir el comportamiento una y otra vez.
A medida que una persona continúa consumiendo drogas, el cerebro se adapta reduciendo la capacidad de respuesta de las células del circuito de recompensa. Esto reduce la euforia que siente la persona en comparación con la que sintió cuando la consumió por primera vez, (un efecto conocido como tolerancia), lo que lleva a la persona a consumir más droga para intentar alcanzar el mismo efecto. Estas modificaciones cerebrales a menudo hacen que la persona sea cada vez más incapaz de obtener placer de otras cosas de las que antes disfrutaba, como la comida, el sexo o las actividades sociales.
A pesar de ser conscientes de estos efectos nocivos, muchas personas que consumen drogas continúan haciéndolo, lo que constituye la naturaleza de la adicción. El consumo prolongado también provoca cambios en otros sistemas y circuitos químicos del cerebro, afectando a funciones como:
- El aprendizaje
- El juicio
- La toma de decisiones
- Estrés
- La memoria
- El comportamiento
Factores de riesgo de la adicción y los trastornos por consumo de sustancias
Al igual que ocurre con otras enfermedades y trastornos, la probabilidad de desarrollar una adicción difiere de una persona a otra, y ningún factor determina por sí solo si una persona será adicta a las drogas. En general, cuantos más factores de riesgo tenga una persona, mayor será la probabilidad de que consumir drogas conduzca a su uso y adicción. Por otro lado, los factores de protección reducen esos riesgos. Los factores de riesgo y de protección son ambientales o biológicos.
Se han identificado los siguientes factores de riesgo como precursores de la adicción a las drogas:
- Un comportamiento agresivo en la infancia
- Falta de supervisión parental
- Poca capacidad de rechazo por parte de los compañeros
- Experimentación con drogas
- Drogas disponibles en la escuela
- Pobreza comunitaria
Los factores biológicos que afectan al riesgo de adicción de una persona van desde sus genes, su etapa de desarrollo e incluso su género u origen étnico. Los científicos estiman que los genes, incluidos los efectos que los factores ambientales tienen sobre la expresión genética de una persona (lo que se denomina epigenética), representan entre el 40 y el 60 % del riesgo de adicción. Además, los adolescentes y las personas con trastornos mentales corren un mayor riesgo de consumo de drogas y adicción que los demás.
Los factores ambientales son aquellos relacionados con la familia, la escuela y el vecindario. Los factores que aumentan el riesgo de adicción son:
- El hogar y la familia. El entorno familiar, especialmente durante la infancia, es un factor muy importante. Los padres o familiares mayores que consumen drogas, abusan del alcohol, o infringen la ley, aumentan el riesgo de que los niños tengan, más adelante, problemas con las drogas.
- La escuela y los compañeros. Los amigos y compañeros tienen una influencia cada vez más fuerte durante la adolescencia. Los adolescentes que consumen drogas pueden convencer incluso a aquellos jóvenes sin factores de riesgo para que prueben drogas por primera vez. Tener dificultades en la escuela o pocas habilidades sociales pone a un niño en mayor riesgo de consumir drogas o volverse adicto a ellas.
Otros factores que aumentan el riesgo de adicción:
- Uso temprano. Aunque consumir drogas a cualquier edad puede provocar adicción, las investigaciones muestran que cuanto antes se empiecen a consumir, más probabilidades hay de que desarrollen problemas graves. Esto se debe al efecto nocivo que tienen las drogas en el cerebro en desarrollo. También puede ser el resultado de una combinación de factores de riesgo sociales y biológicos tempranos, como la ausencia de un hogar o familia estable, la exposición al abuso físico o sexual, genes o enfermedades mentales. El hecho es que el uso temprano es un fuerte indicador de problemas futuros, también de la adicción.
- Cómo se consume. Fumar una droga o inyectarla en vena aumenta su potencial adictivo. Tanto las drogas fumadas como inyectadas ingresan al cerebro en segundos, produciendo una poderosa oleada de placer. Sin embargo, este efecto intenso desaparece en minutos. Los científicos creen que ese contraste poderoso lleva a algunas personas a consumir drogas repetidamente para recuperar el fugaz estado de placer.
El riesgo de consumo de drogas aumenta enormemente en épocas de transición. Para un adulto, un divorcio o la pérdida de empleo aumenta el riesgo de consumir drogas. Para un adolescente, el riesgo aumenta con mudanzas, divorcios en la familia o cambio de escuela. Cuando los niños cambian de la escuela primaria a la secundaria, se enfrentan a situaciones sociales, familiares y académicas nuevas y desafiantes. A menudo, durante esa etapa, los menores se exponen por primera vez a sustancias como los cigarrillos y el alcohol. Al pasar a la secundaria, los adolescentes tienen más facilidad de tener drogas a su alcance, y también de consumirlas a través de adolescentes mayores y actividades sociales.
Cuando los jóvenes terminan la escuela secundaria y viven de manera más independiente, ya sea en la universidad o como trabajadores, pueden verse expuestas al consumo de drogas mientras están fuera de la estructura protectora que supone la familia y la escuela.
Asumir ciertos riesgos es una parte normal del desarrollo adolescente. El deseo de probar cosas nuevas y ser más independiente es saludable, pero también puede aumentar la tendencia de los jóvenes a experimentar con sustancias. Las partes del cerebro que controlan el juicio y la toma de decisiones no se desarrollan plenamente hasta que tenemos entre 20 y 30 años. Esto limita la capacidad de un adolescente para evaluar con precisión los riesgos de experimentar con drogas y hace que sea más vulnerable a la presión de sus compañeros.
Detección y prevención de la adicción y los trastornos por consumo de sustancias
Trabaje con un especialista para utilizar herramientas de detección y evaluación basadas en evidencias que se relacionen específicamente con la sustancia que necesita controlar. Algunas pruebas son autoadministradas (como las del alcohol y el tabaco) y otras las administra un médico.
Los programas de prevención basados en la investigación o en la evidencia se han diseñado a partir de evidencias científicas actuales, se han probado exhaustivamente y han demostrado dar resultados positivos. Los científicos han desarrollado una variedad de programas que alteran positivamente el equilibrio entre los factores de riesgo y de protección del consumo de drogas en familias, escuelas y comunidades. Los estudios han demostrado que los programas basados en investigaciones, como los descritos en Principios de prevención del abuso de sustancias para la primera infancia: una guía basada en la investigación y Prevención del consumo de drogas entre niños y adolescentes: una guía basada en la investigación para padres, educadores y líderes comunitarios del NIDA, pueden reducir significativamente el consumo temprano de tabaco, alcohol y otras drogas. Además, aunque muchos factores socioculturales afectan las tendencias de consumo de drogas, cuando los jóvenes lo perciben como algo perjudicial, a menudo reducen sus niveles de consumo.
Los programas de prevención buscan para potenciar los factores de protección y eliminar o reducir los factores de riesgo del consumo de drogas. Los programas están diseñados para distintas edades y son aptos para entornos individuales o grupales, como la escuela y el hogar. Existen tres tipos de programas:
- Los programas universales abordan los factores de riesgo y de protección comunes a todos los niños en un entorno determinado, como la escuela o la comunidad.
- Los programas selectivos son para grupos de niños y adolescentes que tienen factores específicos que los exponen a un mayor riesgo de consumir drogas.
- Los programas indicados están diseñados para jóvenes que ya han empezado a consumir drogas.
Signos y síntomas de la adicción y los trastornos por consumo de sustancias
El consumo de drogas, alcohol y otras sustancias no es una enfermedad ni un trastorno. Una vez que el consumo de sustancias escapa al control del individuo e interfiere en su vida cotidiana y en su funcionamiento en situaciones normales, se convierte en patológico.
Estos comportamientos son más frecuentes en quienes luchan por controlar su consumo de sustancias:
- Incapacidad de dejar de usar o consumir la sustancia a pesar del deseo de dejarla o regularla
- Muchos intentos de dejar de consumir sin éxito a largo plazo
- Preocupación por mantener un suministro constante y obsesión por la siguiente dosis
- Deseos intensos, especialmente desencadenados en lugares de consumo previo
- Dedicar mucho tiempo a obtener, encontrar, consumir o recuperarse de la sustancia
- No se puede confiar en ellos ni la escuela ni en el trabajo ni en la casa; incumplimiento de las responsabilidades.
- Aumento de los problemas interpersonales
- Aislarse y alejarse de amigos y familiares, eligiendo en su lugar consumir la sustancia.
- Comportamiento de alto riesgo en torno a la obtención y el consumo de la sustancia.
- Muestran síntomas de abstinencia (dolores de cabeza, vómitos, sudoración, temblores) cuando no se consume.
- Comportamiento furtivo o reservado en cuanto a relaciones y actividades, incluyendo mentir sobre la ubicación, las ausencias y el uso.
- Descuidar la apariencia
- Robar
El principal signo psicológico de la adicción es la impotencia ante el consumo de la sustancia combinada con un deseo obsesivo e irrefrenable de consumirla.
Diagnóstico de la adicción y los trastornos por consumo de sustancias
Trabaje con un especialista para utilizar herramientas de detección y evaluación basadas en evidencias que se relacionen específicamente con la sustancia que necesita controlar. Algunas pruebas son autoadministradas (como las del alcohol y el tabaco) y otras las administra un médico.
Los programas de prevención basados en la investigación o en la evidencia se han diseñado en base a la evidencia científica actual, se han probado exhaustivamente y se ha demostrado que producen resultados positivos. Los científicos han desarrollado una amplia gama de programas que alteran positivamente el equilibrio entre los factores de riesgo y de protección para el consumo de drogas en las familias, las escuelas y las comunidades. Los estudios han demostrado que los programas basados en la investigación, como los descritos en los Principios de prevención del abuso de sustancias en la primera infancia: una guía basada en la investigación del NIDA y la prevención del consumo de drogas entre niños y adolescentes: una guía basada en investigaciones para padres, educadores y líderes comunitarios, pueden reducir significativamente el consumo temprano de tabaco, alcohol y otras drogas. Además, si bien muchos factores sociales y culturales afectan las tendencias de consumo de drogas, cuando los jóvenes perciben el consumo de drogas como perjudicial, a menudo reducen su nivel de consumo.
Cuando alguien tiene un trastorno por consumo de sustancias y otro trastorno mental, suele ser mejor tratar ambos trastornos al mismo tiempo en lugar de hacerlo por separado. Las personas que necesitan ayuda para un TCS y otros trastornos mentales deben consultar a un proveedor de atención médica para cada trastorno. Puede ser difícil hacer un diagnóstico preciso porque algunos síntomas son los mismos para ambos trastornos, por lo que el proveedor debe utilizar herramientas de evaluación integrales para reducir la posibilidad de un diagnóstico erróneo y dar un tratamiento adecuado.
También es imprescindible que el proveedor adapte el tratamiento, sumando terapias conductuales y medicamentos, a la combinación específica de trastornos y síntomas de cada persona. También debe tener en cuenta la edad de la persona, la sustancia consumida y los trastornos mentales específicos. Hable con su proveedor de atención médica para determinar qué tratamiento es mejor para usted y dele tiempo para que el tratamiento funcione.
Tratamiento de la adicción y los trastornos por consumo de sustancias
La adicción es un trastorno tratable. Las investigaciones sobre la ciencia de la adicción y el tratamiento de los trastornos relacionados con el consumo de sustancias han conducido al desarrollo de métodos basados en la investigación que ayudan a las personas a dejar de consumir drogas y reanudar una vida productiva, lo que también se conoce como recuperación.
Al igual que otras enfermedades crónicas como las enfermedades cardiacas o el asma, el tratamiento de la adicción a las drogas no suele ser una cura. Pero la adicción se puede controlar satisfactoriamente. El tratamiento permite a las personas contrarrestar los efectos perturbadores de la adicción sobre su cerebro y su comportamiento, y recuperar el control de sus vidas.
La naturaleza crónica de la adicción significa que, para algunas personas, la recaída o la vuelta al consumo de drogas después de intentar dejarlas, es parte del proceso, pero los tratamientos más nuevos están diseñados para ayudar con la prevención de las recaídas. Las tasas de recaída por consumo de drogas son similares a las tasas de otras enfermedades médicas crónicas. Las tasas de recaída por consumo de drogas son similares a las de otras enfermedades crónicas. Si las personas dejan de seguir su plan de tratamiento médico, es probable que recaigan.
El tratamiento de las enfermedades crónicas implica cambiar comportamientos profundamente arraigados, y la recaída no significa que el tratamiento haya fracasado. Cuando una persona que se está recuperando de una adicción recae, indica que necesita hablar con su médico para reanudar el tratamiento, modificarlo o probar otro tratamiento.
Aunque la recaída es una parte normal de la recuperación, en el caso de algunas drogas puede ser muy peligrosa, incluso mortal. Si una persona consume tanta droga como antes de dejarla, fácilmente caería en una sobredosis porque su organismo ya no está adaptado al nivel anterior de exposición a la droga. Se produce una sobredosis cuando la persona consume una cantidad suficiente de droga como para producir sensaciones incómodas, síntomas que ponen en peligro la vida o la muerte.
Las investigaciones muestran que cuando se tratan las adicciones a los opioides (analgésicos recetados o drogas como la heroína o el fentanilo), la medicación debe ser la primera línea de tratamiento, generalmente combinada con algún tipo de terapia conductual o asesoramiento. También hay medicamentos disponibles para ayudar a tratar la adicción al alcohol y la nicotina.
Además, se utilizan medicamentos para ayudar a las personas a desintoxicarse de las drogas, aunque la desintoxicación no es igual a un tratamiento, ni es suficiente para ayudar a una persona a recuperarse. La desintoxicación por sí sola, sin tratamiento posterior, suele terminar en una recaída del consumo de drogas.
Para las personas con adicciones a las drogas como los estimulantes o el cannabis, no se dispone actualmente de medicamentos que ayuden en su tratamiento, por lo que éste consiste en terapias conductuales. El tratamiento debe adaptarse a las pautas de consumo de cada paciente y a sus problemas médicos, mentales y sociales relacionados con las drogas.
Diferentes tipos de medicamentos son útiles en distintas fases del tratamiento para ayudar al paciente a dejar de consumir drogas, mantenerse en el tratamiento y evitar recaídas.
- Tratamiento del síndrome de abstinencia. Cuando los pacientes dejan de consumir drogas por primera vez, pueden experimentar diversos síntomas físicos y emocionales, como inquietud o insomnio, así como depresión, ansiedad y otros trastornos mentales. Ciertos medicamentos y dispositivos de tratamiento reducen estos síntomas, lo que facilita el abandono del consumo de drogas.
- Permanencia en el tratamiento. Se utilizan algunos medicamentos de tratamiento y aplicaciones móviles para ayudar al cerebro a adaptarse gradualmente a la ausencia de drogas. Estos tratamientos actúan lentamente para ayudar a prevenir la ansiedad por la abstinencia y tienen un efecto calmante sobre los sistemas corporales. Pueden ayudar a los pacientes a centrarse en el asesoramiento y otras psicoterapias relacionadas con su tratamiento.
- Prevención de las recaídas. La ciencia nos ha enseñado que las señales de estrés relacionadas con el consumo de drogas (como personas, lugares, cosas y estados de ánimo) y el contacto con las drogas son los desencadenantes más comunes de las recaídas. Los científicos han desarrollado terapias que interfieran con estos desencadenantes y ayuden a los pacientes a mantenerse en recuperación.
Las terapias conductuales ayudan a las personas en tratamiento por adicción a las drogas a modificar sus actitudes y comportamientos relacionados con el consumo de drogas. Como resultado, los pacientes pueden manejar situaciones estresantes y diversos factores desencadenantes que podrían provocar otra recaída. Las terapias conductuales también pueden mejorar la eficacia de los medicamentos y ayudar a las personas a permanecer en tratamiento por más tiempo.
- La terapia cognitivo-conductual (TCC) busca ayudar a los pacientes a reconocer, evitar y afrontar las situaciones en las que es más probable que consuman drogas.
- La terapia dialéctica conductual (DBT) utiliza conceptos de atención plena y aceptación o ser consciente y atento a la situación actual y al estado emocional. La DBT también enseña habilidades que pueden ayudar a controlar las emociones intensas, reducir las conductas autodestructivas (como intentos, pensamientos o impulsos de suicidio; autolesiones y consumo de drogas) y mejorar las relaciones.
- El tratamiento comunitario asertivo (ACT) es una forma de atención de salud mental basada en la comunidad que enfatiza el acercamiento a la comunidad y un enfoque de tratamiento individualizado.
- El manejo de contingencias (CM) utiliza refuerzo positivo, como proporcionar recompensas o privilegios por permanecer libre de drogas, por asistir y participar en sesiones de asesoramiento o por tomar los medicamentos de tratamiento según lo prescrito.
- La terapia de mejora motivacional utiliza estrategias para aprovechar al máximo la disposición de las personas para cambiar su comportamiento e iniciar tratamiento.
- La terapia familiar ayuda a las personas (especialmente a los jóvenes) con problemas de consumo de drogas, así como a sus familias, a abordar las influencias sobre los patrones de consumo de drogas y a mejorar el funcionamiento familiar general.
- La facilitación de doce pasos (TSF) es una terapia individual que generalmente se brinda en 12 sesiones semanales para preparar a las personas para participar en programas de apoyo mutuo de 12 pasos. Los programas de doce pasos como Alcohólicos Anónimos no son tratamientos médicos, pero brindan apoyo social y complementario a esos tratamientos. TSF sigue los temas de 12 pasos de aceptación, rendición y participación activa en la recuperación.
- Las comunidades terapéuticas (CT) son una forma común de tratamiento residencial a largo plazo que se enfoca en ayudar a las personas a desarrollar valores, actitudes y comportamientos nuevos y más saludables.
Algunos tratamientos conductuales eficaces para niños y adolescentes incluyen:
- La terapia familiar estratégica breve (BSFT) se dirige a las interacciones familiares que se cree que mantienen o empeoran los TUS de los adolescentes y otras conductas problemáticas concurrentes.
- La terapia familiar multidimensional (MDFT) trabaja con toda la familia para abordar simultáneamente múltiples e interactuantes conductas problemáticas de los adolescentes, como el consumo de sustancias, los trastornos mentales, los problemas escolares, la delincuencia y otros.
- La terapia multisistémica (MST) se dirige a factores clave asociados con conductas antisociales graves en niños y adolescentes con TUS.
Dejar de consumir drogas es sólo una parte de un largo y complejo proceso de recuperación. Cuando las personas inician tratamiento, la adicción a menudo ha causado graves consecuencias en sus vidas, posiblemente alterando su salud y su funcionamiento en su vida familiar, en el trabajo y en la comunidad.
Debido a que la adicción puede afectar muchos aspectos de la vida de una persona, el tratamiento debe abordar las necesidades de la persona en su totalidad para tener éxito. Los consejeros pueden seleccionar de un menú de servicios que satisfagan las necesidades médicas, mentales, sociales, ocupacionales, familiares y legales específicas de sus pacientes para ayudarlos en su recuperación.
Vivir con la adicción y los trastornos por consumo de sustancias
La adicción es un trastorno tratable. Las investigaciones sobre la ciencia de la adicción y el tratamiento de los trastornos relacionados con el consumo de sustancias han llevado al desarrollo de métodos basados en la investigación que ayudan a las personas a dejar de consumir drogas y reanudar una vida productiva, lo que también se conoce como recuperación.
Las terapias conductuales ayudan a las personas en tratamiento por adicción a las drogas a modificar sus actitudes y comportamientos relacionados con el consumo de drogas. Como resultado, los pacientes pueden manejar situaciones estresantes y diversos factores desencadenantes que podrían provocar otra recaída. Las terapias conductuales también pueden mejorar la eficacia de los medicamentos y ayudar a las personas a permanecer en tratamiento por más tiempo.
- La terapia cognitivo-conductual (TCC) trata de ayudar a los pacientes a reconocer, evitar y afrontar las situaciones en las que es más probable que consuman drogas.
- La gestión de contingencias utiliza el refuerzo positivo, como dar recompensas o privilegios por permanecer sin consumir drogas, por asistir y participar en las sesiones de asesoramiento o por tomar los medicamentos del tratamiento según lo prescrito.
- La terapia de refuerzo motivacional utiliza estrategias para aprovechar al máximo la disposición de las personas a cambiar su comportamiento e iniciar tratamiento.
- La terapia familiar ayuda a las personas (especialmente a los jóvenes) con problemas de consumo de drogas, así como a sus familias, a abordar las influencias sobre los patrones en el consumo y a mejorar el funcionamiento familiar general.
- El programa de los doce pasos es una terapia individual que suelen ser 12 sesiones semanales que preparan a las personas para que participen de programas de apoyo mutuo de 12 pasos. Los programas de los doce pasos, como Alcohólicos Anónimos, no son tratamientos médicos, pero dan apoyo social y complementario a esos tratamientos. El programa abarca los temas de los doce pasos: aceptación, rendición y participación activa en la recuperación.
Los ensayos clínicos son estudios de investigación que buscan nuevas formas de prevenir, detectar o tratar enfermedades y afecciones. El objetivo de estos ensayos es determinar si una nueva prueba o tratamiento funcionan y son seguros. Si bien las personas pueden beneficiarse de participar en un ensayo clínico, los participantes deben tener en cuenta que el objetivo principal de un ensayo clínico es obtener nuevos conocimientos científicos para que otras personas puedan recibir una mejor ayuda en el futuro.
Los investigadores del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) y de todo el país realizan numerosos estudios con pacientes y voluntarios sanos. Hoy disponemos de nuevas y mejores opciones de tratamiento gracias a lo que los ensayos clínicos descubrieron hace años. Sea parte de los avances médicos del mañana. Hable con su proveedor de atención médica sobre los ensayos clínicos, sus beneficios y riesgos y si alguno es adecuado para usted.