Introducción
Nuestros cirujanos ortopédicos y ortopedistas de renombre mundial son expertos en sus campos y cuentan con una capacitación especializada para brindar el diagnóstico y el tratamiento óptimos para una variedad de afecciones ortopédicas. Somos reconocidos internacionalmente por brindar atención ortopédica de la más alta calidad a nuestros pacientes.
¿Qué son los problemas y lesiones de rodilla?
La mayoría de las personas han tenido un problema menor en la rodilla en un momento u otro. La mayoría de las veces, los movimientos de nuestro cuerpo no causan problemas, pero no es sorprendente que los síntomas se desarrollen por el desgaste diario, el uso excesivo o las lesiones. Los problemas de rodilla y las lesiones ocurren con mayor frecuencia durante actividades deportivas o recreativas, tareas relacionadas con el trabajo o proyectos en el hogar.
La rodilla es la articulación más grande del cuerpo. Los huesos superior e inferior de la rodilla están separados por dos discos (meniscos). El hueso de la parte superior de la pierna (fémur) y los huesos de la parte inferior de la pierna (tibia y peroné) están conectados por ligamentos, tendones y músculos. La superficie de los huesos dentro de la articulación de la rodilla está cubierta por cartílago articular, que absorbe los golpes y proporciona una superficie suave y deslizante para el movimiento de la articulación.
Aunque un problema de rodilla a menudo es causado por una lesión en una o más de estas estructuras, puede tener otra causa. Algunas personas tienen más probabilidades de desarrollar problemas de rodilla que otras. Muchos trabajos, deportes y actividades recreativas, envejecer o tener una enfermedad como la osteoporosis o la artritis aumentan las posibilidades de tener problemas en las rodillas.
¿Qué son las lesiones de rodilla repentinas (agudas)?
Las lesiones son la causa más común de problemas de rodilla. Las lesiones repentinas pueden ser causadas por un golpe directo en la rodilla o por torcerse, doblarse o caer sobre la rodilla de manera anormal. El dolor, los moretones o la hinchazón pueden ser intensos y desarrollarse minutos después de la lesión. Los nervios o los vasos sanguíneos pueden pellizcarse o dañarse durante la lesión. La rodilla o la parte inferior de la pierna pueden sentirse entumecidas, débiles o frías; puede hormiguear o verse pálido o azul. Las lesiones agudas incluyen:
- Esguinces, torceduras u otras lesiones en los ligamentos y tendones que conectan y sostienen la rótula
- Un desgarro en las almohadillas gomosas de la articulación de la rodilla (menisco)
- Desgarros de ligamentos, como el ligamento cruzado anterior (LCA). El ligamento colateral medial (MCL) es el ligamento más comúnmente lesionado de la rodilla.
- Roturas (fractura) de la rótula, parte inferior del fémur o parte superior de la tibia o peroné. Las fracturas de rodilla son causadas más comúnmente por una fuerza anormal, como una caída sobre la rodilla, un movimiento de torsión severo, una fuerza severa que dobla la rodilla o cuando la rodilla golpea con fuerza un objeto.
- Dislocación de la rótula, que ocurre con mayor frecuencia en niñas de 13 a 18 años.
- Pedazos de hueso o tejido (cuerpos sueltos) de una fractura o dislocación que pueden quedar atrapados en la articulación e interferir con el movimiento.
- Dislocación de la articulación de la rodilla, una lesión poco común que requiere gran fuerza, que es una lesión grave que requiere atención médica inmediata.
¿Qué son las lesiones de rodilla causadas por el uso excesivo?
Las lesiones por uso excesivo ocurren con actividades repetitivas o presión repetida o prolongada sobre la rodilla. Actividades como subir escaleras, andar en bicicleta, trotar o saltar pueden estresar las articulaciones y otros tejidos y provocar irritación e inflamación. Las lesiones por uso excesivo incluyen:
- Inflamación de los pequeños sacos de líquido que amortiguan y lubrican la rodilla (bursitis)
- Inflamación de los tendones (tendinitis) o pequeños desgarros en los tendones (tendinosis)
- Engrosamiento o plegamiento de los ligamentos de la rodilla (síndrome de plica)
- Dolor en la parte delantera de la rodilla por uso excesivo, lesión, exceso de peso o problemas en la rótula (síndrome de dolor patelofemoral)
- Irritación e inflamación de la banda de tejido fibroso que corre por la parte externa del muslo (síndrome de la banda iliotibial)
¿Qué condiciones pueden causar problemas de rodilla?
Pueden presentarse problemas no directamente relacionados con una lesión o uso excesivo en la rodilla o alrededor de ella. Las afecciones que pueden provocar problemas de rodilla incluyen:
- La artritis (enfermedad degenerativa de las articulaciones) puede causar dolor en la rodilla que empeora por la mañana y mejora durante el día. A menudo se desarrolla en el sitio de una lesión anterior. Otros tipos de artritis, como la artritis reumatoide, la gota y el lupus, también pueden causar dolor, hinchazón y rigidez en las rodillas.
- La enfermedad de Osgood-Schlatter causa dolor, hinchazón y sensibilidad en la parte delantera de la rodilla, debajo de la rótula. Es especialmente común en niños de 11 a 15 años.
- Un quiste poplíteo (o de Baker) causa hinchazón en la parte posterior de la rodilla.
- La infección en la piel (celulitis), las articulaciones (artritis infecciosa), los huesos (osteomielitis) o la bursa (bursitis séptica) pueden causar dolor y disminución del movimiento de la rodilla.
- La osteocondritis disecante causa dolor y disminución del movimiento cuando un trozo de hueso o cartílago (o ambos) dentro de la articulación de la rodilla pierde suministro de sangre y muere.
- Un problema en otra parte del cuerpo (dolor referido), como un nervio pellizcado o un problema en la cadera, a veces puede causar dolor en la rodilla.
¿Cómo se tratan los problemas y las lesiones de rodilla?
El tratamiento de un problema o lesión de rodilla puede incluir medidas de primeros auxilios, descanso, aparatos ortopédicos, fisioterapia, medicamentos y, en algunos casos, cirugía. El tratamiento depende de la ubicación, el tipo y la gravedad de la lesión, así como de su edad, estado de salud y nivel de actividad (como trabajo, deportes o pasatiempos).
Verifique los síntomas para decidir si y cuándo ver a un médico.
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