Traumatismos

La experiencia de nuestros pacientes y sus seres queridos, no solo sus dolencias, exige todo nuestro interés. Su equipo de atención especializada lo acompañará de cerca para analizar su afección, responder preguntas, evaluar las opciones de tratamiento y desarrollar una estrategia de tratamiento que sea la mejor para usted.

Los traumatismos ortopédicos presentan desafíos únicos. En Montefiore Einstein, creemos que los resultados óptimos se logran mediante evaluaciones diligentes, diagnósticos precisos y planes de tratamiento individualizados desarrollados a lo largo de años de experiencia clínica.

Con experiencia tanto en cirugía convencional como en técnicas quirúrgicas de vanguardia, nuestros traumatólogos ortopédicos colegiados seleccionan cuidadosamente la estrategia de tratamiento más adecuada para cada paciente. Antes de cualquier procedimiento, nuestros cirujanos siempre consideran las necesidades, expectativas y objetivos quirúrgicos únicos del paciente.

Nuestro estatus como un sistema de salud académico nos coloca a la vanguardia de nuestro campo. Junto con el Albert Einstein College of Medicine, una de las instituciones con mayor financiación de los NIH en el país, realizamos investigaciones continuas con el objetivo de descubrir mejores opciones de tratamiento para nuestros pacientes. De manera periódica presentamos las conclusiones de nuestras investigaciones y difundimos los resultados en publicaciones revisadas por colegas.

Cuando una extremidad se ve amenazada por un traumatismo o una infección, las placas o varillas convencionales pueden no ser una opción de tratamiento viable. Los fijadores de Ilizarov o los marcos espaciales de Taylor ofrecen enfoques alternativos. En estas técnicas, la mayor parte del implante se coloca fuera del cuerpo del paciente y sólo pasan alambres finos o clavos a través del hueso. Los fijadores de anillo como estos son un método de tratamiento esencial para las fracturas que no sanan, cicatrizan mal alineadas, desarrollan infecciones posquirúrgicas o tienen grandes heridas asociadas.

Usando clavos colocados a través de la piel, se fijan anillos a un hueso por encima y por debajo de la fractura. Estos anillos externos se pueden manipular para comprimir fracturas, realinear gradualmente las extremidades o incluso hacer crecer el hueso que se ha perdido debido a un traumatismo o una infección.

Estas técnicas avanzadas son fundamentales para el tratamiento de casos clínicos particularmente complejos en los que los enfoques rutinarios pueden dar resultados subóptimos. La experiencia en estos métodos permite salvar extremidades y mejorar la calidad de vida de muchos pacientes con lesiones extensas o afecciones postraumáticas crónicas.

Una curación inadecuada puede provocar una mala alineación o un acortamiento de las extremidades, lo que puede afectar la deambulación, la actividad recreativa y la calidad de vida. En estos casos, ya sea la realineación del hueso, el alargamiento del hueso o ambos pueden restaurar en gran medida las capacidades funcionales del paciente.

Se obtiene una mejor alineación creando primero una rotura planificada en el hueso (osteotomía). En determinadas situaciones, una vez realineados, los huesos se pueden mantener en su lugar con placas y tornillos o una varilla interna.

En los casos en los que el hueso también se acorta, se puede colocar en el centro del hueso una varilla de metal que crece y se alarga con el tiempo. La varilla se controla o activa de forma fiable mediante un imán externo colocado sobre la piel, lo que permite que el hueso se alargue junto con la varilla. En raras circunstancias, estas varillas también se pueden usar a la inversa para comprimir huesos rotos que no lograron sanar con el tiempo o para mover un segmento de hueso a un área de deficiencia ósea.

Las fracturas de pelvis son una de las afecciones traumáticas más complicadas de tratar. Nuestros traumatólogos ortopédicos están capacitados en las últimas técnicas y abordajes quirúrgicos para la reconstrucción de fracturas pélvicas y acetabulares.

En ciertos casos, los tornillos pueden insertarse mediante un enfoque mínimamente invasivo, lo que ofrece a los pacientes una mayor estabilidad y alivio del dolor mientras minimiza el riesgo quirúrgico. La planificación detallada se logra con tomografías computarizadas (TC) 3D, que permiten un posicionamiento óptimo de los tornillos pélvicos. Esta es una opción quirúrgica más sencilla para muchos pacientes que, de otro modo, tendrían que elegir entre un tratamiento no quirúrgico y tiempos de recuperación más largos o cirugías más grandes con mayor riesgo.

Cuando es necesario, se utiliza un abordaje abierto tradicional para tratar las fracturas de pelvis. Las radiografías y las tomografías computarizadas se utilizan habitualmente para la evaluación de lesiones y la planificación preoperatoria. Luego se hacen incisiones en la parte delantera o trasera de la pelvis para realinear o reducir los huesos lesionados. Se emplean placas y tornillos para asegurar los huesos en la posición adecuada hasta que se unan o sanen.

El tiempo de recuperación es variable y depende de una serie de factores específicos del paciente y de la lesión. Estas cirugías son complejas y requieren atención a los detalles, experiencia con anatomías complejas y capacitación avanzada. Nuestros cirujanos han sido capacitados específicamente para manejar casos difíciles y guiar a los pacientes durante el periodo de recuperación posoperatoria.