Introducción
Nuestros cirujanos ortopédicos y ortopedistas de renombre mundial son expertos en sus respectivos campos con formación especializada para facilitar el diagnóstico y el tratamiento óptimos de una amplia gama de afecciones ortopédicas. Somos reconocidos internacionalmente por ofrecer a nuestros pacientes una atención ortopédica de la máxima calidad.
What are hammer, claw and mallet toes?
Hammer, claw and mallet toes are toes that are bent into an odd position. They may look strange or hurt or both. These toe problems almost always happen in the four smaller toes, not the big toe.
- A hammer toe bends down toward the floor at the middle toe joint. This causes the middle toe joint to rise up. It usually affects the second toe. Hammer toes often occur with bunions (a bony bump that forms on the joint at the base of your big toe).
- Claw toe often affects the four smaller toes at the same time. The toes bend up at the joint where the toes and foot meet. They bend down at the middle joints and at the joints nearest the tip of the toes. This causes the toes to curl down toward the floor.
- A mallet toe bends down at the joint closest to the tip of the toe. It often affects the second toe, but it may happen in the other toes too.
If you notice that a toe looks odd or hurts, talk to your doctor. You may be able to fix the toe with home treatment. If you don’t treat the problem right away, you are more likely to need surgery.
What causes toe problems?
Tight shoes are the most common cause of these toe problems. Wearing tight shoes can cause toe muscles to get out of balance. If a shoe forces a toe to stay in a bent position for too long, the muscles tighten and the tendons shorten, or contract. This makes it harder to straighten the toe. Over time, toe muscles can’t straighten the toe, even when not wearing shoes.
Estos problemas en los dedos de los pies se desarrollan a lo largo de los años y son comunes en adultos. Afectan más a las mujeres que a los hombres.
Con menor frecuencia, estos problemas en los dedos del pie están relacionados con otras afecciones, como la diabetes, la artritis reumatoide, un accidente cerebrovascular o una lesión en el pie o el tobillo.
¿Cuáles son los síntomas?
Además de parecer desfigurados, los dedos en garra, mazo y martillo:
- Pueden doler.
- Quizás sea difícil encontrar zapatos de su talla.
- Suelen rozar con el calzado, lo que provoca callosidades o durezas donde el dedo doblado presiona contra otro dedo, contra el zapato o donde la punta del dedo toca el suelo.
- En casos más graves, el equilibrio puede verse afectado, dificultando la marcha al caminar.
¿Cómo se diagnostican estos problemas en los dedos de los pies?
Su médico le hará preguntas sobre sus síntomas y antecedentes de salud y le hará un reconocimiento físico. Su médico querrá saber:
- Cuándo comenzaron los problemas, qué actividades o calzado los empeoran y si duelen otras partes del pie.
- Qué tipo de calzado lleva y cuánto tiempo pasa de pie o caminando cada día.
- Cualquier problema previo en los pies
- Cualquier afección médica relacionada, como artritis, diabetes o mala circulación
¿Qué ocurre durante el reconocimiento físico inicial?
Durante el reconocimiento físico, el médico observará el pie para ver si la articulación del dedo del pie es fija o flexible. A veces, una articulación con algo de movimiento puede enderezarse sin cirugía. Una articulación fija suele requerir cirugía.
Si está pensando en someterse a una cirugía para corregir el problema, es posible que necesite:
- Una radiografía para ayudar al médico a decidir qué tipo de cirugía sería más eficaz.
- Pruebas de flujo sanguíneo, que pueden incluir ecografía Doppler, si el pie parece tener un flujo sanguíneo deficiente.
- Pruebas nerviosas si el médico cree que existen problemas de nervios en el pie; en ese caso, es posible que deba ver a un neurólogo especializado en problemas del cerebro, la columna vertebral y los nervios.
¿Cómo cuidar los dedos en garra, mazo y martillo?
Por lo general, es posible tratar el problema de la articulación del dedo del pie en casa. Si comienza de inmediato, se puede evitar la cirugía. Hay varias cosas que se pueden hacer:
- Cambiar de calzado. Elija zapatos con punteras amplias, tacones bajos y un buen soporte para el arco del pie. Unas sandalias o zapatillas deportivas que no rocen los dedos de los pies pueden ser una buena opción. O pruebe con zapatos hechos a medida o para personas con problemas en los pies.
- Use productos que amortigüen el dedo del pie o mantengan el pie en una posición más cómoda, como molesquín, tubos para los dedos del pie, soportes para el arco u otras plantillas ortopédicas. Son mejores para tratar un dedo del pie flexible, pero también pueden aliviar un dedo del pie fijo.
- Cuide los callos o durezas de los pies. El molesquín y otros tratamientos de venta libre pueden ayudar a aliviar el dolor. Nunca corte los callos o durezas, ya que esto puede provocar una infección.
- Tome un analgésico de venta libre, como paracetamol, ibuprofeno o naproxeno. Consulte con su médico antes de tomar estos medicamentos. Tenga cuidado con los medicamentos. Lea y siga todas las instrucciones de la etiqueta.
¿Hay algo más que sirva de ayuda?
Si la articulación del dedo del pie es flexible, hay varias opciones que puede probar:
- Tape el dedo del pie en martillo con un vendaje o cinta. Envuelva la cinta bajo el dedo gordo del pie (o el dedo junto al dedo en martillo), luego sobre el dedo en martillo y a continuación bajo el siguiente dedo. Esto fuerza suavemente el dedo del pie en martillo a una posición normal temporalmente; no enderezará el dedo del pie de forma permanente.
- Pruebe con punteras, cabestrillos o férulas, que mantienen los dedos de los pies en una posición normal, como lo hace el vendaje.
- Los ejercicios como los que se indican a continuación pueden ayudar a mantener las articulaciones de los dedos de los pies flexibles y fuertes. Su médico o fisioterapeuta también puede sugerirle otros ejercicios.
- Estire las articulaciones dobladas: trabajando una articulación a la vez, tire del dedo del pie en la dirección opuesta a la flexión y manténgalo así durante varios segundos hasta que sienta un tirón lento y suave; repita varias veces, mañana y noche.
- Rizos de toalla: coloque una toalla plana bajo sus pies y use los dedos de los pies para arrugarla.
- Recogida de canicas: use los dedos de los pies para recoger canicas y dejarlas caer en una taza.
¿Cuándo es necesaria la cirugía?
En general, la cirugía se recomienda sólo para problemas graves en los dedos de los pies. La cirugía puede ser necesaria si otros tratamientos no alivian el dolor, si el dedo limita la actividad o si no se puede mover la articulación del dedo.
Para problemas de dedos fijos, los médicos suelen optar por cirugías en los huesos. Los médicos a menudo tratan los problemas de los dedos flexibles moviendo los tendones para liberar la tensión en la articulación y permitir que el dedo se enderece. En algunos casos, la cirugía para tratar un problema del dedo del pie flexible incluye también intervenciones en los huesos.
Las opciones quirúrgicas pueden incluir una o más de las siguientes:
- Extirpación de parte del hueso del dedo del pie (resección de la cabeza de la falange o artroplastia)
- Extirpación de parte de la articulación y dejar que los huesos del dedo del pie crezcan juntos (fusión articular o artrodesis)
- Corte de los tejidos de soporte o desplazamiento de los tendones en la articulación del dedo del pie
- Implante de dedo del pie para reemplazar una articulación doblada o enderezar un dedo del pie
- Extirpación del dedo del pie (amputación), en casos excepcionales
La cirugía para estos problemas no ha sido ampliamente estudiada y puede no ser adecuada para todos. Hable con su médico sobre los tipos de cirugía y en qué medida podrían ayudarle.
Si piensa en la cirugía como opción de tratamiento, tenga en cuenta lo siguiente:
- La cirugía puede reducir el dolor de un dedo del pie deformado, pero no el aspecto del pie.
- La cirugía conlleva riesgos, como dolor, hinchazón e infección.
- Los problemas en los dedos de los pies pueden reaparecer después de la cirugía, sobre todo si se sigue utilizando calzado que causa problemas en los dedos de los pies.
Derivaciones
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