Especialidad: Neurocirugía

Erica

Erica tenía ataques epilépticos diarios y ahora prepara su licenciatura.

A los 12 años empecé a tener ataques epilépticos y a perder la memoria. Estos episodios empezaron después de que mi padre me golpeará la cabeza repetidamente contra un piso de concreto. Pasé de ser una niña normal a tener que vivir con unos ataques epilépticos, un problema con el que no nací.

Fue terrorífico. Perdí el sentido y me metí en medio de la calle. Un carro casi me atropella. Un hombre me agarró y me salvó la vida. No me enteré de nada

Fue terrorífico. Perdí el sentido y me metí en medio de la calle. Un carro casi me atropella. Un hombre me agarró y me salvó la vida. No me enteré de nada.

Durante años, Erica controló sus ataques mediante una medicación que le permitía llevar una vida normal. Pero poco después de empezar la universidad, ya no pudo controlar sus convulsiones.

Animated graphic of Erica at college gate

Y fui empeorando con los años. Llegué al extremo de tener un ataque cada dos días.

Y fui empeorando con los años. Llegué al extremo de tener un ataque cada dos días.

A pesar de su brillante historial académico, Erica tuvo que abandonar sus estudios. Estaba desesperada.

Ya, como que no tenía esperanza. Era como, ¿voy a tener que pasar así cada día de mi vida?, ¿asustada?

Ya, como que no tenía esperanza. Era como, ¿voy a tener que pasar así cada día de mi vida?, ¿asustada?

Fue entonces cuando Erica conoció al Dr. Emad Eskandar, Chair de Neurocirugía y Director de los Centros de Epilepsia y Dolor Facialde de Montefiore Einstein. El Dr. Eskandar sabía que para detener los ataques de Erica, era necesario determinar en qué lugar preciso del cerebro se originaban. Y eso fue exactamente lo que hizo el Dr. Eskandar con la colaboración de un equipo interdisciplinar único.

Averiguamos que las convulsiones predominantes se originaban en el lóbulo temporal derecho.

Emad N. Eskandar, MD, MBA

Averiguamos que las convulsiones predominantes se originaban en el lóbulo temporal derecho.

Erica y su familia estaban muertos de miedo, pero decidieron confiar en el equipo del Dr. Eskandar, dar el paso y operarse. Esa decisión le cambió la vida.

El Dr. Eskandar, es el hombre más dulce del mundo… Y no he vuelto al hospital desde la operación, lo cual es una bendición para mí.

El Dr. Eskandar, es el hombre más dulce del mundo... Y no he vuelto al hospital desde la operación, lo cual es una bendición para mí.

Erica and friends laughing on cafe sidewalk

Hoy, Erica siente una profunda gratitud de poder estar con sus amigas sin miedo de ir a tener una convulsión. Y por vez primera en una década, ya se atreve a hacer planes de futuro.